¿Te has sentido abrumado por la desinformación en el mundo de la alimentación? ¿Alguna vez has pasado por alto las etiquetas de los alimentos porque simplemente no las entiendes? ¿El ajetreo diario te ha llevado a optar por la comodidad de no prestar atención a lo que realmente estás consumiendo?
Si te identificas con alguna de estas situaciones, no estás solo. En un mundo donde la información nutricional puede resultar confusa y el tiempo escasea, es comprensible que muchos de nosotros optemos por evitar mirar las etiquetas de los alimentos. Sin embargo, esta falta de atención puede tener un impacto significativo en nuestra salud y bienestar.
En este artículo, te invito a reflexionar sobre la importancia de leer las etiquetas de los alimentos y cómo puede influir en nuestras elecciones saludables. Descubrirás cómo superar la desinformación, comprender las etiquetas de manera sencilla y encontrar tiempo en tu apretada agenda para hacer elecciones informadas. Es momento de tomar el control de tu alimentación y priorizar tu autocuidado. ¿Estás listo para adentrarte en el mundo de las etiquetas alimentarias y descubrir su poder transformador?
La normativa española regula qué información debe aparecer en las etiquetas, pero a veces vemos cantidad de información en una letra minúscula que no nos resulta nada atractiva leer. A continuación, te describo lo más relevante de cada una de sus partes y por qué te puede resultar de interés leer esa información.
1. Denominación del alimento: El primer paso para una elección informada
La denominación del alimento es el nombre específico del producto. Ya sea una suculenta fruta o un nutritivo lácteo, esta información te proporciona una idea clara de lo que estás comprando. Observa detenidamente la denominación y asegúrate de elegir alimentos frescos, naturales y de calidad. ¿Cuántos tetra-briks de líquido blanco puedes encontrar en la estantería del supermercado? Es lo primero que leemos para saber si es leche, bebida de soja, avena o similar.
2. Lista de ingredientes: El mapa de lo que consumes
La lista de ingredientes es una herramienta poderosa para tomar decisiones informadas. Aquí encontrarás los componentes del producto, enumerados en orden de mayor a menor cantidad. Opta por alimentos con listas de ingredientes cortas y reconocibles. Evita aquellos con aditivos artificiales, azúcares añadidos (ten en cuenta que hay más de 50 maneras de nominar al azúcar), y grasas trans en los primeros lugares de la lista (eso quiere decir que contiene mucha proporción de ese ingrediente). ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!
3.. Alérgenos: Protege tu salud, sin sorpresas
Las etiquetas de los alimentos deben indicar claramente si contienen alérgenos comunes, como gluten, lácteos, frutos secos, huevos o mariscos entre otros. Lo podemos ver con un distintivo en la etiqueta (como por ejemplo “sin gluten” o “sin lactosa”) o con los ingredientes susceptibles de ser alérgenos destacados en negrita o subrayados. También puede incluir un texto que indica que puede contener trazas del alérgeno en cuestión, si dónde se envasa o procesa el alimento hay riesgo de contaminación cruzada. Si tienes alergias o intolerancias alimentarias, esta información es crucial para evitar reacciones adversas y garantizar tu bienestar.
4. Cantidad neta: El tamaño importa
La cantidad neta es la cantidad total de alimento en el envase. También encontrarás información sobre el tamaño de la porción recomendada. Presta atención a estas cifras para controlar tu ingesta y ajustar tus porciones de manera adecuada. Recuerda que cada persona es única, y tus necesidades pueden variar.
5. Fecha de duración mínima o fecha de caducidad: Frescura y seguridad en tus manos
La fecha de duración mínima o fecha de consumo preferente indica hasta cuándo el producto mantiene sus propiedades y calidad óptimas. Después de esta fecha, el alimento aún puede ser seguro para consumir, aunque su calidad puede disminuir. Por otro lado, la fecha de caducidad indica la fecha límite hasta la cual el alimento es seguro. En este caso no consumas alimentos después de su fecha de caducidad, ya que pueden representar un riesgo para tu salud. También es un dato importante para evitar el desperdicio alimentario, así que planifica tus compras conscientemente.
6. Condiciones especiales de conservación y/o utilización: Cuida tus alimentos, maximiza su frescura.
Algunos alimentos requieren condiciones especiales de conservación, como refrigeración o almacenamiento en un lugar fresco y seco. También pueden incluir instrucciones sobre su uso o consumo inmediato después de abrir el envase. Presta atención a estas indicaciones para mantener la frescura, sabor y calidad del producto. Siguiendo estas recomendaciones, podrás disfrutar de tus alimentos en su mejor estado y evitar desperdicios.
7. Datos de la empresa responsable: Conoce a quienes te brindan los alimentos
En las etiquetas de los alimentos, encontrarás los datos de la empresa responsable de la producción o distribución del producto. Estos datos incluyen el nombre de la empresa, dirección y, a menudo, información de contacto. Conocer a las empresas detrás de los alimentos que consumes te brinda confianza y te permite realizar consultas o comentarios si es necesario.
8. País de origen o lugar de procedencia: Descubre de dónde provienen tus alimentos
La etiqueta también debe proporcionar información sobre el país de origen o lugar de procedencia de los alimentos. Esto te permite saber de dónde vienen los ingredientes y cómo se han producido. Algunas personas prefieren apoyar productos locales o desean evitar alimentos de ciertas regiones por motivos personales. Esta información te permite tomar decisiones basadas en tus preferencias y en tu conciencia medioambiental, ya que procedencias más lejanas implican más procesos de conservación en el alimento (posiblemente más químicos) y más emisiones ocasionadas por el transporte. Reduce tu huella carbónica.
9. Información nutricional: Tu guía para una alimentación equilibrada
Una de las partes más importantes de las etiquetas de los alimentos es la información nutricional. Este apartado te brinda datos sobre las calorías (valor energético), grasas (indicando la cantidad de grasas saturadas), carbohidratos (especificando el contenido en azúcares), fibra alimentaria, proteínas y sal. Evita o sospecha de aquellos productos que tengan un alto valor energético para 100g, los que tengan un alto contenido en azúcares, grasas saturadas y/o sal. Es preferible escoger aquellos alimentos que contengan azúcares o sal en su forma natural (lo sabrás porque aunque aparezca en la información nutricional no aparece en la lista de ingredientes). También puede aparecer detallado en la etiqueta el contenido en vitaminas y minerales presentes en el producto y los porcentajes de valor diario (%VD), que te indican cuánto aporta el alimento en relación con una dieta de referencia. Pero recuerda que es mejor elegir aquellos alimentos que contengan las vitaminas y minerales de forma natural que como ingrediente añadido a la receta. Utiliza esta información para evaluar si el alimento cumple con tus necesidades y metas dietéticas
Leer las etiquetas de los alimentos y comprender tanto la lista de ingredientes como el valor nutricional es fundamental para tomar decisiones conscientes sobre lo que consumes. Utiliza esta información como una herramienta para elegir alimentos que promuevan tu salud y bienestar. Recuerda que los mejores alimentos son aquellos que no necesitan etiqueta. Cada elección cuenta y estos pequeños cambios a la hora de realizar tu compra pueden marcar una gran diferencia en tu calidad de vida. ¡Empieza a leer las etiquetas con confianza y descubre el poder de una alimentación informada y consciente!
P.D.: Dedicado a todas aquellas almas inquietas que acostumbradas a ver anuncios de mujeres esbeltas desayunando cereales con leche en un cuenco de un tamaño considerable, se atrevieron a pesar los 30 gramos de la porción recomendada en su etiqueta y descubrieron, para su asombro, que cabía en medio vaso. Yo lo hice ¿Y tú? La etiqueta nos da información, pero no olvidemos que también hay una parte publicitaria en ella que nos puede llevar a confusión. Siempre, siempre utiliza tu sentido crítico ;)