¿Has considerado cómo hablar sobre tus preocupaciones podría influir en tu bienestar? ¿Sabías que compartir lo que sientes podría ser clave para mejorar tanto tu salud mental como física? ¿hablas de tu alta sensibilidad?
En nuestro acelerado ritmo de vida, es común sentirse atrapado por las preocupaciones diarias. Sea por trabajo, relaciones o salud, todos enfrentamos momentos donde el peso de nuestras inquietudes parece abrumador. Sin embargo, ¿has considerado cómo guardar esas preocupaciones podría afectar tu salud en general?
La importancia de compartir
1. Liberación emocional:
Cuando mantenemos nuestras preocupaciones ocultas, tendemos a acumular emociones negativas como el estrés, la ansiedad y la tristeza. Esta carga emocional puede pesar mucho sobre nosotros, afectando nuestra salud mental y física.
Al abrirnos y compartir nuestras preocupaciones con alguien en quien confiamos, liberamos estas emociones reprimidas. Este acto de expresión nos proporciona un sentido de alivio y ligereza, como si nos quitáramos un peso de encima. La liberación emocional nos permite enfrentar nuestros problemas con una mente más clara y una actitud más positiva, lo que a su vez nos ayuda a reducir el estrés y a mejorar nuestro bienestar general.
2. Fortalecimiento de relaciones:
Compartir nuestras preocupaciones con otros crea una oportunidad para fortalecer los lazos emocionales y crear conexiones más profundas y significativas. Al ser vulnerables y abrirnos sobre nuestros desafíos, demostramos confianza y autenticidad, lo que puede fortalecer la relación con la persona con la que compartimos.
Sentirnos comprendidos y apoyados por otros en momentos de dificultad crea un vínculo emocional poderoso que puede perdurar a lo largo del tiempo. Además, cuando apoyamos a otros en sus momentos de necesidad, también fortalecemos nuestra propia capacidad para brindar apoyo y empatía, lo que enriquece aún más nuestras relaciones interpersonales.
3. Perspectiva y apoyo:
Compartir nuestras inquietudes con otros no solo nos brinda la oportunidad de desahogarnos, sino que también nos permite obtener perspectivas externas sobre nuestros problemas.
Al hablar con alguien que está fuera de nuestra situación, podemos obtener nuevas ideas y enfoques para abordar nuestros desafíos. Esta perspectiva fresca puede ser invaluable para ayudarnos a ver nuestras situaciones desde diferentes ángulos y encontrar soluciones creativas. Además, al compartir nuestras preocupaciones, también abrimos la puerta para recibir apoyo y aliento de otros.
Saber que no estamos solos en nuestros desafíos y contar con el apoyo de amigos, familiares o compañeros de grupo puede ser fundamental para superar obstáculos y mantener una actitud positiva frente a la adversidad. En conjunto, estas experiencias nos ayudan a crecer, aprender y fortalecernos como individuos.
Impacto en la salud
La conexión entre mente y cuerpo es innegable. El estrés crónico y la ansiedad pueden tener consecuencias significativas en nuestra salud física. Compartir nuestras inquietudes y encontrar formas de gestionar el estrés puede ayudar a reducir este impacto negativo.
1. Reducción del estrés y ansiedad:
Cuando guardamos nuestras preocupaciones para nosotros mismos, tendemos a sentirnos abrumados por ellas, lo que puede generar un aumento en nuestros niveles de estrés y ansiedad. Sin embargo, al compartir estas preocupaciones con otros, ya sea amigos cercanos, familiares o en un entorno de grupo de apoyo, podemos liberar esa carga emocional que hemos estado llevando.
2. Mejora del sueño:
El estrés crónico es un enemigo conocido del sueño de calidad. Cuando estamos constantemente preocupados o ansiosos, nuestro cuerpo y nuestra mente tienen dificultades para relajarse lo suficiente como para dormir bien. Como resultado, muchos de nosotros nos encontramos dando vueltas en la cama por la noche, incapaces de conciliar el sueño debido a la carga emocional que llevamos durante el día.
Compartir nuestras inquietudes puede ayudar a romper este ciclo al proporcionar un medio para liberar parte de esa tensión acumulada. Al expresar lo que nos preocupa antes de acostarnos, podemos liberar nuestras mentes de la rumiación constante y permitirnos relajarnos más fácilmente.
3. Promoción de hábitos saludables:
Cuando nos sentimos abrumados por el estrés, es fácil recurrir a comportamientos poco saludables como comer en exceso, consumir alcohol o sustancias, fumar o descuidar el ejercicio regular.
Sin embargo, al compartir nuestras preocupaciones y aprender a manejar el estrés de manera más saludable, podemos reducir la necesidad de recurrir a estos comportamientos dañinos como mecanismos de afrontamiento. En su lugar, podemos adoptar hábitos más saludables, como practicar técnicas de relajación, meditación o mindfulness, hacer ejercicio regularmente, dormir lo suficiente y comer una dieta equilibrada.
Conexión para el bienestar de personas PAS
Compartir nuestras inquietudes no solo mejora nuestra salud, sino que también fortalece nuestras relaciones. Encontrar formas de expresarnos, y más como personas PAS, puede ser transformador para nuestro bienestar.
Por todo lo que he descrito en este artículo, entenderás por qué asociaciones de personas altamente sensibles como APASE, promueven la creación de grupos locales de personas con alta sensibilidad, para que personas afines compartan momentos de conexión juntos.
Si quieres escuchar la conversación sobre nutrición y sensibilidad que mantuve con Patricia Fernández, otra apasionada de compartir y divulgar la alta sensibilidad, te dejo la entrevista que me hizo en su programa Súper Sensible de Relax FM. ¡Dale al botón!
P.D.: Dedicado a todas las personas que saben escuchar, sin juicio, sin opinión, respetando los tiempos que necesitamos para poder expresarnos, y que nos dan paz, por el simple hecho de sentirnos escuchadas.